Tuve que llegar a la adultez para valorarlo; crecí escuchando gritos terribles de guitarras eléctricas humillando esta clase de música, mis vómitos y altas temperaturas eran los adornos de casi todas las noches durante mi niñez, era mala suerte ser un niño enfermizo y una mala educación musical considerar a  Gene Simmons como un buen artista y a Ozzy un satánico. 

Ahora, para mí, ambos son tan infames como aquellos años de enfermedad y cercanía a la muerte prematura. 

La historia de la música no se vería afectada si nunca hubiera nacido un Axl Rose haciendo payasadas y enamorando pubertas con baladas poperas, tampoco hubiera afectado que Kurt Donald Cobain se suicidara antes de publicar su primer disco, o que Sid Vicious muriera desde la primera inyección. Sería muy bueno para la evolución musical que los rockeros modernos y sus groupie murieran de sida; así habría una oportunidad para comenzar otra vez, así habría una oportunidad para que jóvenes menores a los 30 años se acercaran a la cuna del verdadero Rock N’ Roll.

…pero, como la historia nunca obedecerá a caprichos de un solo hombre, ni será inteligente y justa, mi impotencia para modificar la historia de mis pasiones me obliga a hacer esto.