Ergô Felix Culpa: Las Flores Del Mal

Mirando el tesoro de gracias florentinas;

las curvas que ostenta su cuerpo voluptuoso

se hermanan, como diosas, la Elegancia y la Fuerza.

Esta mujer, la única creación milagrosa,

divinamente fuerte, divinamente esbelta,

nació para reinar en lechos suntuosos,

para encantar los ocios de un príncipe o de un Papa.

-Contemplar esa sonrisa sutil y voluptuosa,

donde en la vanidad sus éxtasis diluye;

ese largo mirar, burlón, solapado...

ese bello rostro en su marco de gasa,

en donde victorioso, cada rasgo nos dice:

"El placer me reclama y el Amor me corona"

A este ser dotado de tanto majestad,

¡qué incitante atractivo presta la gentileza!

Pero... ¡contemplad la hermosura en su cercanía!

Blasfemia del arte... fatal !!!

La del cuerpo divino que la dicha promete,

se transforma en su cima, en un monstruo bicéfalo.

-Ese rostro que alumbra una exquisita mueca

es tan solo una máscara, un engañoso adorno,

y mira; mira aquí, atrozmente crispada

la auténtica cabeza, la verdadera faz,

reclinada al abrigo de esa otra faz que miente.

¡Gran y pobre hermosura! ¡el magnífico rió

de tu llanto se vierte en mi pecho angustiado;

tu engaño me embriaga y mi alma se abreva

en la fuente que abre el Dolor en tus ojos!

-¿Por qué llora? Ella, hermosura perfecta

que tendría a sus pies la humanidad rendida...

¿qué misterioso mal roe su flanco atlético?

-Llora, hombre insensato, llora, porque ha vivido,

y porque vive aún; mas lo que ella lamenta

sobre todo y la hace temblar estremecida,

es que mañana debe seguir viviendo,

y pasado mañana; siempre ¡como nosotros... siempre!

Las Flores Del Mal