En el tiempo donde la red juega un papel trascendente para el intercambio de información se ha tenido acceso a propuestas que estaban en el anonimato. Durante décadas fuimos esclavos de la dictadura mediática occidental, ella proporcionaba las preguntas y las respuestas, en ella se posicionaba a los artistas, se creaban modas que disfrazadas de movimientos contraculturales  eran copiadas por personas que buscaban pertenencia. La dictadura de la industria musical sajona manipulaba a los escuchas creando narrativas, sobrevalorando propuestas y eliminando otras, esa industria decía a los “fans” qué era el underground. Así se creó el batcave, el gothic rock, el industrial, el new wave, el punk, todas ellas son modas que disfrazadas con un velo de propuesta subterránea vendían rebeldía “original y contestataria” como un elemento más de consumo.  

En esos tiempos se acostumbraba minimizar y ocultar toda aquella propuesta que no fuera correspondiente con los objetivos de la industria, sólo trascendían sus propias fronteras aquellos que en afán de ser escuchados se adaptaban a la dinámica impuesta. Esa industria pendenciera hizo menos a todo lo que no era anglosajón, hizo a un lado a los cientos de grupos talentosos que nacieron en Europa del Este, en Brasil, en México, en España, en Argentina, etc., durante los 70s y 80s, grupos que superaban en técnica y propuesta a lo que se hacía en los EU o en Inglaterra pasaron desapercibidos y hasta la fecha son desconocidos por muchos. Los seguidores del Post Punk centraron su mira en Manchester y NY y hasta la fecha siguen creyendo que ahí se dio todo, ese tipo de personas ignorantes no conocen propuestas como As Mercenárias, Fellini, Ira, Muzak, bandas brasileñas de gran calidad, tampoco les son familiares nombres como Gelandeterror, Die Ratten, Funeral Dress, Suspects… y les son desconocidos porque las personas que formaban parte de esos grupos no aceptaban esa dictadura de la música underground normalizada, ellos creían en el Kill The Tape que era la promoción independiente de la música grabando y distribuyendo libremente su trabajo (la fuente de la piratería en los viejos tiempos), práctica que después de varias décadas y con la llegada del Internet terminó por liquidar  esa vieja y mala costumbre de firmar en sellos internacionales. Hoy son más los artistas independientes que en estudios caseros están desarrollando el sonido de nuestro tiempo pues vinieron a darse por enterados de que la industria musical formal hizo de grandes artistas grandes payasos; los explotó, los exprimió y mató su creatividad. Para los noventas los ídolos eran tipos como Kurt Cobain, Marilin Manson, Axl Rose y otros semejantes que se dedicaron a explotar su imagen y a hacer muy poco por el desarrollo del sonido.  

En la actualidad, y los viejos lo saben, cuando se busca sonido de calidad necesariamente se recurre a las décadas anteriores a los 90s porque de los 90s hasta aproximadamente 2005 no se hizo más que basura. Y actualmente cuando se busca calidad contemporáneo uno no observa a la Warner Records o a otros sellos semejantes, sino se acerca a los sellos independientes que han tomado el netlabel como fuente principal para difundir los grupos emergentes.  

Dentro de esa dinámica de grupos independientes ha aparecido mucha basura, muchos tipos que carecen de todo talento y que sólo sabiendo manejar una computadora y unos softs se han dedicado a grabar cosas que en realidad no están hechas por ellos sino por la computadora, algo semejante a lo que hicieron los músicos de electrónico en los 80s que hacían trabajar todo con sintetizadores y ellos se dedicaban a apretar teclas y botones… sin embargo, también se han dejado ver propuestas que son impactantes y que son imposibles de ver en los grandes sellos que hoy se han especializado casi en la música pop. 

Motorama es una de esas propuestas de sonido que se distribuyó en Internet de forma libre y abierta y por medio de un trabajo constante y del empeño del grupo han logrado posicionarse en espectros amplios de escuchas, en territorios y lenguas distintas. No conozco un solo grupo de Rusia que antes del Internet alcanzara tanta fama, en décadas anteriores los ha habido de gran calidad, pero -prestando atención a lo antes dicho- al no pertenecer a la narrativa anglosajona (cuando la industria musical formal dominaba) se mantuvieron casi como grupos locales, por ejemplo, One Million Bulgarians una banda impactante que merecía grandes reconocimientos y escenarios nunca salió más allá de algunos países europeos pues no había forma de distribuir su música al mundo al estar asociados a la URSS, al comunismo y a esa suerte de censura tan propia de la Guerra Fría, censura que apoyaba abiertamente la industria musical… “no querían arte comunista en el capitalismo“. 

La historia de Motorama es alta el momento corta, comienzan a publicar aproximadamente por el 2007 unos demos y para este año han publicado su tercer LP. El estilo del grupo siempre ha sido entendido como una versión moderna de Joy Division, desde su voz, su forma de construir tracks, sus letras e incluso sus vídeos son semejantes a lo que se realizó en Manchester. Esta fuerte influencia, para algunos casi una calca, ha sido negado por el grupo siempre pero en la música hay cosas que se imponen y son independientes a lo que el creador diga de su trabajo. Si bien es cierto que el grupo a primera escucha es muy atractivo, después de conocer más de un disco no se observa demasiada dinámica o diferencia entre sus canciones, casi siempre tocan y cantan de la misma forma lo cual puede ser aburrido a corto plazo. 

Para este post presento 4 producciones del grupo; un disco de Demos, la presentación acústica del 2011, el sencillo Ghost y su primer LP, Alps. 

EXPENTANCY: Post Punk, Dark Wave, Indie FELLOW: Joy Division, New Order, Fellini
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