Los principios de la civilización deberían ser reescritos, cuando se hicieron era primavera… y estamos en otoño.

Los Modernos, cabezas guillotinadas en un tiempo irreparable obran de maneras inimaginablemente antidemocráticas; la industria, el desarrollo, la civiltà y sus herramientas. La metodología de la senda cotidiana, la exactitud. La necesidad de colgar en el cuarto oscuro el crucifijo, de tomar las armas de la fibra productiva y tomar la bebida ardiente y embriagadora con tu pareja, con tu familia y con tus hijos, labrar juntos sobre los campos de hierro al ritmo de la danza del Orden y el Progreso… olvidar la claustrofobia del encierro en las ciudades de hormigón. 

El artista es el ente maldito de su contemporaneidad;  aquel que en una sola vida experimenta miles de sensaciones y sustancias, miles pasiones y remordimientos, el enmascarado y el asesino de razones sin temperamento, de acciones sin ardor. Por encima de sus ojos y su imaginación llega el desembarco del viejo hombre a nuevos continentes para explotarlos, saquearlos y desprender su sangre y la de otros sobre tierras vírgenes que le verán morir en el eclipse de explosiones que como la figura de Jesús se suicidan por bondades suprahumanas e incomprensibles al pensador del vulgo. Porque para el vulgo, el artista no es más que un loco, un fracasado, un vividor, un ser contrario a la estructura existencial de producción y éxito capitalista y, por tanto, se le juzga como un ser contrario al progreso.

Después de 20 años te arrepentirás no de lo hecho, sino de lo que dejaste de hacer.

Walk The Line es un film que aborda una de las biografías más francas y dramáticas de la tertulia de los músicos atormentados del Rock, el desarrollo individual de Johnny Cash en este, nuestro extraño mundo.

 Format: AVI

Language: English

Subtitles: Spanish