Los EU no lucharon contra Alemania por la paz y libertad, lucharon contra ella porque ésta podría poner en jaque su Imperio. 

Para 1980 las tierras de Berlín habían sido aradas por situaciones sombrías, una obscuridad con sabor a guerra tecnológica y una construcción de hormigón resonaba la estupidez  de la inteligencia humana, su necesidad de establecer jurisdicciones oposicionistas a pesar del llanto familiar hecho por un apartamiento injusto decidido por poderes centrales, mezquindad política y la sangre que aún no corre de la clase social que merece ser quemada viva. La supervivencia en Berlín era condicionada a la adopción poblacional de andamiajes del imaginario social impuestos por las dos grandes potencias; la URSS, los EU. Al oriente del muro el mundo leninista, “el orden mundial logrado por la lucha proletaria”; al occidente “el mundo libre”, su ramera democracia, la producción en marcha y el gran monstruo americano vociferando la Doctrina Truman. Las sanguijuelas del Soviet, los cerdos parlamentarios, los perros del congreso estadounidense y todas las dictaduras latinoamericanas jugaron durante décadas con el sueño de la población, de ser la paz mundial un derecho se convirtió ésta en un servicio. La quimérica visión de estabilidad social y resguarde vital se certificó como una función de la acumulación de misiles nucleares. El orbe global había enloquecido. La barbarie estaba justificada… estábamos en guerra. 

Berlín no experimentó su unificación sino hasta los 90s, antes de ello corría la sangre, las calles atestadas de uniforme militar, los servicios de espionaje, la comedia demócrata y el teatro comunista impulsaron un calor ensimismado en la ciudad élite de la claustrofobia, la ciudad de  Berlín. Sus ciudadanos, de manera independiente a su ubicación con respecto al muro de la vergüenza, sufrían el capricho de quien en este mundo se reparte los billetes. Es constante concebir el forje de la expresión artística como una ruta de transmisión de emociones que subyacen a las necesidades de expresión que la naturaleza del lenguaje del vulgo impide, rastreando el arte berlinés se haya un cine lóbrego, una pintura abstracta, letras candentes de aprensión y música que evoca al holocausto y el misticismo en que éste se ve absorto.  

Cassettencombinat es un muestrario de los compositores de vanguardia del mundo oculto en el estigma berlinés de 1980-1981. Un compilado envuelto en éxtasis místico que hace ver al anglosajonismo en la más pura ridiculez; Bauhaus, Joy División, Alien Sex Fiend, UK Decay, Specimen… todos esos artistas comerciales de la roca del subsuelo no rebasan las migajas de dicha roca cuando son comparados contra los exponentes de la situación geográfica del muro, organizaciones de sonido que estuvieron muy por encima de la dinámica establecida por Factory Records, 4AD y Cleopatra Records. 

Cassettencombinat es un material editado originalmente en 3 volúmenes vinílicos + un “demo”, todos ellos contenidos en esta entrada del blog.  Todas las bandas que le integran pertenecen a movimientos conceptuales de la ciudad de Berlín, aborígenes del situacionismo, un sonido primitivo y perennemente sombrío; Pionier Seriös, OUT, Sprung Aus Den Wolken, Sentimentale Jugend, Ohne Untertitel, Leben Und Arbeiten, Borsig…  

BANDS

EXPENTANCY: Obscure Sound/Industrial/Abstract Sound

CASSETTENCOMBINAT